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El nuevo aroma: Cómo Ford rediseñó el olor a coche nuevo para conectar emocionalmente

6/28/2025

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El nuevo aroma: Cómo Ford rediseñó el olor a coche nuevo para conectar emocionalmente

Conexión Emocional con el “Nuevo Aroma”: (olor a nuevo de ford)
Lo recordamos sin darnos cuenta. Ese instante al subir por primera vez a un coche nuevo y recibir el impacto de un olor inconfundible. Es más que una fragancia: es una sensación. Es deseo, expectativa, logro. La conexión emocional con el nuevo aroma del coche no es un invento del marketing: es una experiencia humana, sensorial, profunda.
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Durante décadas, la industria automotriz asumió ese “olor a coche nuevo” como un subproducto inevitable de los materiales y los procesos de ensamblaje. Pero marcas como Ford han empezado a replantear su rol como parte de una experiencia de marca controlada y diseñada. Y lo que parecía una casualidad olfativa se está convirtiendo en una herramienta estratégica de conexión emocional.

El “olor a nuevo” ya no es solo olor: es narrativa de marca

La palabra clave aquí es clara: conexión emocional con el nuevo aroma. No estamos hablando de marketing olfativo superficial. Hablamos de diseño emocional aplicado a producto. Las marcas más innovadoras del sector han comprendido que cada estímulo sensorial puede ser controlado, optimizado y alineado con la promesa de valor del coche.


En un estudio realizado por la Universidad de Rockefeller, se demostró que el ser humano recuerda el 35% de lo que huele, frente al 5% de lo que ve. El olfato tiene un vínculo directo con el sistema límbico, responsable de las emociones y la memoria. En el coche, ese impacto sensorial es determinante para la percepción de calidad, modernidad y pertenencia.
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olor a nuevo coche estrategia venta
En 2020, Ford sorprendió al presentar una idea que parecía una broma pero escondía una reflexión muy seria: lanzó un perfume llamado “Mach-Eau”, inspirado en el “olor a gasolina” que muchos fans asociaban emocionalmente con la conducción.

El objetivo era reconectar emocionalmente al cliente con la experiencia sensorial de conducir, ahora que los vehículos eléctricos eliminan elementos como el sonido del motor o el olor de los combustibles. El aroma fue creado con especialistas de perfumería de lujo y contenía notas de almendra, lavanda, sándalo y tonos metálicos. No era comercializable. Era un experimento emocional.

Pero lo interesante vino después. Ford comenzó a trabajar activamente en los olores interiores de sus nuevos modelos, colaborando con laboratorios especializados para definir lo que debe o no debe oler un coche nuevo. En China, incluso, están testando tecnologías de eliminación de olores residuales, ya que el “olor a nuevo” en ese mercado se percibe como negativo, por sus asociaciones con compuestos químicos y toxicidad.

En 2018, Ford China encargó a un grupo de “evaluadores de olor” que trabajaran en el rediseño total del perfil olfativo de sus vehículos. Este equipo, compuesto por ingenieros químicos, diseñadores de interiores y psicólogos sensoriales, estableció un protocolo de análisis que incluía pruebas en climas extremos, cabinas cerradas durante días y la medición de compuestos volátiles orgánicos.


El resultado fue un programa integral llamado “Odor Management Process”, que permitió reducir la percepción de olores no deseados hasta en un 28%, mejorando de forma notable las evaluaciones en clínicas de producto. El mismo equipo trabajó en establecer un nuevo aroma base: cálido, limpio y ligeramente amaderado, inspirado en ambientes naturales, compatible con la identidad de sostenibilidad del modelo Ford EVOS. Ese detalle sensorial fue responsable de un aumento del 11% en la satisfacción de entrega en concesionario, según datos internos filtrados por la filial asiática.

Más allá del caso Ford, la neurociencia confirma que la experiencia olfativa modula la percepción de lujo, seguridad y modernidad. Según un estudio publicado en “Frontiers in Psychology” (2021), los consumidores expuestos a aromas suaves y coherentes con la estética del producto percibieron mayor calidad y sofisticación, aunque el producto fuera exactamente igual. En el sector automotriz, esto se traduce en una verdad incómoda: un coche puede estar perfectamente diseñado, pero si huele “a plástico barato”, su percepción cae drásticamente. Y lo más curioso: muchos ingenieros senior ni siquiera lo consideran como parte de sus entregables.

Uno de los mayores errores en los proyectos automotrices es dejar el aroma al azar de los materiales y procesos industriales. Cuando lo correcto sería integrar el perfil olfativo dentro del briefing de diseño sensorial, al igual que se hace con la acústica, la iluminación o la respuesta háptica. Marcas como BMW o Mercedes ya han comenzado a integrar difusores de aroma programables en modelos de alta gama, como parte del “wellbeing package”. Pero pocas lo están haciendo desde la estrategia de producto: la mayoría lo asume como un opcional estético. Ford, en cambio, ha comprendido que se trata de una herramienta de identidad emocional.

Si estás liderando diseño de interiores, desarrollo de materiales, experiencia de cliente o estrategia de producto, debes considerar una pregunta clave:

¿Qué debería sentir (y oler) el cliente al sentarse por primera vez en nuestro coche?


El aroma puede ser solo el comienzo. Pero es un comienzo que se queda grabado. El reto es no caer en clichés (olor a cuero, pino o colonia barata), sino diseñar un perfil sensorial alineado con la promesa de marca. Si es un SUV urbano, ¿debe oler a aventura? Si es un eléctrico premium, ¿a tecnología limpia? Estas decisiones requieren sensibilidad, ciencia y estrategia. Y también requieren formación. Formación transversal, que mezcle psicología del consumidor, sensorialidad aplicada y estrategia automotriz. Porque un ingeniero senior que entiende esto, ya no es solo técnico: es creador de experiencia.

De hecho, existe un puesto poco conocido dentro de algunas OEMs alemanas y japonesas: el “nose team engineer” o “ingeniero olfativo”. Estos perfiles, a menudo con formación en química y perfumería, se encargan de testear hasta 500 combinaciones de materiales y tratamientos por modelo. Audi, por ejemplo, los utiliza en sus centros de calidad en Ingolstadt. Son los responsables de que el “olor a Audi” sea coherente, controlado y replicable en cada unidad. En la era de los coches indistinguibles a nivel técnico, estos microdetalles se convierten en macroexperiencias.


La conexión emocional con el nuevo aroma del coche es una de las últimas fronteras donde aún se puede marcar una diferencia poderosa. Ford lo ha entendido. Y si tú estás liderando producto, experiencia o estrategia en automoción, deberías preguntarte si tu marca huele… a algo. Y si ese algo, realmente conecta con lo que quieres que el cliente sienta.

Si te ha resonado este enfoque y quieres dominar cómo los sentidos influyen en la percepción, la venta y el éxito de un producto automotriz, te recomiendo leer mi libro: “Domina el negocio del automóvil: Guía completa de estrategia y diseño de coches”, donde abordo con ejemplos reales cómo los detalles invisibles crean ventajas competitivas duraderas.


Miguel Ángel Cobo
Ex-CEO MotorLand Aragón | PM Audi y Nissan
De becario a CEO en 6 años, sin enchufes ni contactos.
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