¿Cómo funcionan los crash tests?Por una parte están los ensayos de crash tests que sirven para obtener una certificación y otra bien distinta son los ensayos realizados por el fabricante. Para certificaciones, los tests son llevados a cabo principalmente por dos entidades: La National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) y el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS). Para el desarrollo de un vehículo, al igual que cualquier otro ensayo, el fabricante puede decidir si realizarlo en instalaciones propias o de terceros. El crash test pone bajo estudio aquellos elementos de seguridad pasiva del vehículo, es decir, los cinturones de seguridad, los airbags, reposacabezas y sobre todo, la propia estructura del vehículo. Se emplean unos maniquíes denominados “dummies,” que están equipados con multitud de sensores para interpretar los daños corporales que sufriría una persona en la colisión. Dichos sensores están conectados por cable a una caja de registro atornillada en el maletero del vehículo o en otra ubicación clave. Son extremadamente caros, pudiendo costar entre 120.000€ y 300.000€ cada uno de ellos. Es por ello que siempre se trata de simular lo máximo posible a ordenador antes de pasar por una prueba física real, aún así, un gran fabricante realiza hasta 400 crash tests al año. Estos dummies se montan en el coche que será estrellado sobre un muro semirígido, a velocidades de hasta 80km/h. Aunque el dummie estándar tiene las medidas del percentil medio de la población, se emplean otros dummies de distintos tamaños y envergaduras en los ensayos. El proceso de choque se captura con cámaras de alta velocidad que graban el impacto a razón de 1.000 fotogramas por segundo. Esto, junto al coche accidentado, servirá después para evaluar los daños, así como detectar puntos de mejora. No existe solamente el choque frontal, sino que se realizan todo tipo de impactos, todos ellos están perfectamente definidos en condiciones de velocidades, ángulos de impacto, distancias, ect. Por ejemplo, también se simulan impactos contra postes o bien contra dummies que hacen de peatones, así como impactos laterales, etc. En el impacto lateral, un vehículo especial llamado “carnero” impacta sobre el vehículo a 50km/h.
Dependiendo de cada zona del mundo, a niveles de certificación, y no únicamente de ensayo y desarrollo del vehículo, también se evalúa la resistencia del techo del vehículo (roof crash tests), resistencia al vuelco (rollover resistance test) y se realizan choques frontales con un cierto desplazamiento, impactando al 25% y al 40% de la superficie frontal del vehículo.
También se realizan pruebas del Frenado de Emergencia Autónomo (AEB) y de los sensores de advertencia de colisión. Además se estudian los componentes del habitáculo que puedan ser peligrosos para los ocupantes. No todos los ensayos se realizan con un vehículo, sino que otros ensayos se realizan con un trineo guiado en el que se sitúan los asientos del coche y, a veces, con algún elemento del habitáculo como el interior de las puertas o el salpicadero. Esto abarata costes y permite realizar ensayos de Crash tests cuando aún no está el prototipo completamente desarrollado. Recordemos que el diseño y desarrollo de un vehículo se hace a contrarreloj y los tiempos son muy ajustados.
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