El Arte de Diseñar Automóviles: Un Análisis de las Fases del Diseño que Define Marcas

El Arte de Diseñar Automóviles: Un Análisis de las Fases del Diseño que Define Marcas

Hablar de las fases del diseño de automóviles es hablar del corazón emocional de la industria. Antes de que un motor ruja o una llanta toque el asfalto, hay cientos de decisiones —visuales, táctiles, funcionales— que nacen sobre una mesa de dibujo. El diseño no es solo arte; es estrategia, percepción de marca y previsión industrial.

Durante años, en equipos de diseño de marcas como Audi y Nissan, vi de primera mano cómo el proceso que parece puramente estético es en realidad un engranaje central del negocio automotriz. Desde una simple silueta hasta la coherencia de gama, el diseño es lo que hace que el cliente desee un coche que aún no conoce.
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¿Por qué las fases del diseño automotriz importan más que nunca?

En un mercado donde la electrificación ha homogeneizado muchos componentes técnicos, el diseño ha tomado el relevo como principal diferenciador. Un vehículo puede tener la misma plataforma que su primo de otra marca, pero el diseño puede justificar una diferencia de precio de 15.000 euros o más.


Y no se trata solo del exterior. Hoy, el interior se ha convertido en un argumento decisivo: experiencia sensorial, HMI, selección de materiales… todo suma. Todo comunica. Pero ese resultado visible es el final de una ruta meticulosamente dividida en fases. Fases que no solo buscan belleza, sino coherencia de marca, viabilidad técnica y conexión emocional.
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Investigación y análisis de usuario
Contrario a la creencia popular, el diseño de automóviles no empieza en la inspiración del diseñador. product-concept-coche.htmlEmpieza mucho antes, con una lectura casi antropológica del consumidor objetivo. En el diseño del Renault Austral, por ejemplo, se invirtieron más de seis meses en observar cómo los usuarios utilizaban su SUV anterior: desde cómo accedían al maletero hasta cómo cargaban el móvil. Esta fase incluye análisis de competencia, benchmark estético, normativas de seguridad, y algo aún más estratégico: alineamiento con la identidad de marca. Si un coche es Renault, no puede parecerse a un Volvo. Si es un Hyundai, debe sonar a avance, no a clasicismo.

Sketching y exploración creativa
Aquí llega la magia. A partir de los inputs recogidos, los diseñadores esbozan cientos de variantes. En este punto, el dibujo sigue siendo el lenguaje universal, ya sea a mano alzada o en tablets Wacom. Los estudios de diseño crean familias de propuestas, que van desde lo rupturista hasta lo conservador. En 2020, en el desarrollo del Porsche Taycan Cross Turismo, el equipo de diseño trabajó sobre más de 1.500 bocetos antes de cerrar una dirección de diseño. Muchos nunca vieron la luz, pero todos sirvieron para definir el carácter exacto que se buscaba.

Modelado 3D y clay models
Una vez elegida la dirección, se inicia el modelado tridimensional. Aquí entran herramientas como Autodesk Alias, Blender, Maya o CATIA, que permiten simular no solo las proporciones del coche, sino cómo se comporta bajo ciertas condiciones de luz. Pero aún hoy, el clay modeling sigue siendo insustituible. Modelar en arcilla a escala 1:1 permite comprobar proporciones reales, reflejos, sombras, impacto visual a nivel de calle. Es donde la belleza digital se enfrenta a la realidad física.

En el caso del nuevo Peugeot 408, su fuerte silueta fastback fue ajustada en clay múltiples veces, ya que las líneas laterales que funcionaban en pantalla generaban distorsión visual al verlas desde el suelo. El ojo humano, al final, manda.

Validación técnica y ajustes de ingeniería
Diseñar un coche hermoso es relativamente fácil. Que ese coche cumpla normativas, sea producible, respete las tolerancias y permita alojar sensores ADAS, no tanto.

Aquí el equipo de diseño entra en fricción —positiva— con ingeniería. Se ajustan voladizos, pasos de rueda, curvaturas, radios de plegado. Es el punto donde muchas ideas mueren… o se reinventan. Un dato curioso: el primer prototipo del BMW i3 tenía puertas traseras de apertura inversa sin pilar B, lo que requería una reingeniería completa de rigidez estructural. El diseño original chocaba con la física. El resultado final fue un compromiso técnico-estético que hoy sigue siendo icono.

Color & Trim + UX interior
Los materiales no solo se eligen por su textura o color. En esta fase se decide la narrativa del interior. El tipo de cuero, el patrón de costuras, la retroiluminación ambiental, la respuesta táctil de una ruleta: todo habla. Todo define si el usuario sentirá que está en un coche de 25.000 € o de 75.000 €.

Marcas como DS Automobiles han hecho de esta fase su territorio diferencial. El DS 7 emplea Alcantara con grabados láser, madera reciclada y costuras con inspiración relojera francesa. No es solo lujo; es identidad cultural trasladada a habitáculo. Además, aquí se integra la interfaz usuario: menús, transiciones, iconografía, asistentes por voz. Un error común es separar el UX digital del diseño interior. En las mejores marcas, es la misma conversación.

Concept cars y feedback externo
Aunque no siempre se hace público, muchas marcas lanzan concept cars para testear líneas futuras. Son ejercicios de diseño que sirven como validación indirecta de aceptación estética. No se trata de encuestas: se trata de provocar conversación. Cuando el Renault Morphoz se presentó, gran parte de sus códigos formales pasaron al Mégane E-Tech. El coche conceptual no era un capricho: era una prueba a gran escala de reacción social.
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Diseñar un automóvil no es crear una escultura. Es crear una experiencia que se moverá en masa, será deseada y vivida por miles. Pero además, bien ejecutado, el diseño posiciona una marca sin gastar millones en publicidad. El diseño del Kia EV6, por ejemplo, le permitió a la marca competir de tú a tú con premium europeos. ¿Por qué? Porque su silueta, proporciones y propuesta visual le dieron credibilidad instantánea. No hubo que explicar nada. Solo había que verlo.

Comprender las fases del diseño de automóviles no es solo útil para diseñadores. Es esencial para ingenieros, marketers, directivos y estrategas. Porque detrás de cada línea hay una decisión de negocio. Y cada fase, si se ignora o se salta, genera incoherencia. Y un coche incoherente no se vende.

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Miguel Ángel Cobo – De Becario a CEO en 6 años, sin enchufes ni contactos
Ex-CEO MotorLand Aragón, PM Audi y Nissan
Consultor en estrategia de producto y diseño automotriz.