El infoentretenimiento como tendencia del automóvil: la nueva frontera entre conducción, tecnología y emoción

El infoentretenimiento como tendencia del automóvil: la nueva frontera entre conducción, tecnología y emoción

En el nuevo ecosistema de la automoción, la conectividad ha dejado de ser un añadido tecnológico para convertirse en el eje emocional de la experiencia de conducción. El conductor ya no busca únicamente desplazarse: quiere sentirse conectado, informado y acompañado. En ese punto exacto, entre tecnología y emoción, nace la evolución más significativa del automóvil contemporáneo: el infoentretenimiento.
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Durante mi experiencia en Shevret, en la fase de diseño conceptual, fue evidente cómo el interior del vehículo empezó a reinterpretarse. La consola central dejó de ser un elemento funcional y pasó a ser una extensión del ecosistema digital del usuario. Y años después, en Audi España, como responsable de Audi Connect, pude comprobar cómo esa transición conceptual se transformaba en valor de marca: algunos clientes ya no preguntaban por el motor, sino por la interfaz.

De la ingeniería automotriz al ecosistema sensorial

El automóvil del siglo XXI es un entorno digital en movimiento. Lo que antes era un habitáculo, ahora es un espacio interactivo, donde la experiencia depende tanto del software como del hardware. La tendencia hacia el infoentretenimiento no nació de la nada; fue la consecuencia natural de una sociedad hiperconectada que comenzó a medir la calidad de un producto por su capacidad de integrarse con su estilo de vida.


Los fabricantes comprendieron que la fidelidad del cliente ya no dependía exclusivamente de la fiabilidad mecánica, sino del grado de inmersión tecnológica que el vehículo era capaz de ofrecer. La música, la navegación, la conectividad móvil, las asistencias visuales o los servicios basados en datos comenzaron a formar parte de una narrativa donde cada segundo dentro del coche debía sentirse personalizado.


Pero lo verdaderamente disruptivo no fue la tecnología, sino la manera en que cambió el vínculo emocional entre conductor y vehículo. El coche dejó de ser una máquina de desplazamiento para convertirse en un entorno de experiencia sensorial, donde cada sonido, cada visualización y cada interacción táctil reforzaban la identidad de marca.

Infoentretenimiento: cuando el coche se convierte en un dispositivo

Uno de los aprendizajes más claros de mi etapa en Audi fue que el vehículo ya no se percibía como un objeto de compra, sino como un servicio tecnológico. Los clientes esperaban del coche lo mismo que de su smartphone: fluidez, actualizaciones constantes, compatibilidad universal y una experiencia sin fricciones.


El concepto de “interfaz de usuario automotriz” se transformó en un territorio estratégico. Las marcas comenzaron a invertir en diseño de experiencia (UX/UI) tanto como en ingeniería mecánica. La prioridad pasó de la potencia del motor a la inteligencia del sistema. Y esa transición no fue solo técnica: fue cultural.


Las pantallas panorámicas, los asistentes de voz naturales, los sistemas de recomendación personalizados o las integraciones con plataformas de streaming redefinieron el interior del coche como un espacio digital autónomo. En algunos proyectos de diseño en los que participé, la atención ya no se centraba en la aerodinámica o el peso, sino en cómo el infoentretenimiento podía influir en la percepción del confort y del lujo.
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Esa evolución cambió la conversación con el cliente: dejó de hablarse de materiales y acabados, y comenzó a hablarse de ecosistemas, conectividad y experiencia de usuario.

El infoentretenimiento no solo aporta tecnología; aporta relato. En una industria donde la diferenciación técnica es mínima, la interfaz se convierte en una herramienta narrativa que transmite los valores de la marca.

En Audi, por ejemplo, cada transición visual o gesto de interacción no es casual: está diseñado para reforzar la sensación de precisión, control y sofisticación. En otros fabricantes, como los deportivos más radicales de mi comunidad de ingenieros y diseñadores, el infoentretenimiento busca lo opuesto: intensidad visual, sonido envolvente y feedback directo.

Cada marca, al construir su entorno digital, está definiendo cómo quiere que se sienta el conductor en relación con la máquina. El sonido de un clic, el modo en que una animación responde al tacto o la curva de aprendizaje de un menú no son detalles estéticos; son decisiones emocionales. Esta integración emocional del software redefine el diseño automotriz contemporáneo. Ya no se diseña solo el coche; se diseña la relación entre el usuario y su interfaz.

Infoentretenimiento y experiencia emocional de marca

En el punto de venta, esta tendencia es determinante. Lo observé en la red comercial: un cliente puede pasar más tiempo explorando el sistema multimedia que analizando la motorización. La interacción con la pantalla se convierte en una demostración emocional de tecnología, una forma de validar la promesa de marca.


El asesor de venta ya no explica caballos ni consumos, sino la lógica de un ecosistema digital. Y, paradójicamente, esa es la parte más emocional de la venta: el momento en que el cliente siente que el coche lo entiende.


Los fabricantes lo saben, y por eso la experiencia digital se está integrando en todo el viaje del cliente. Desde la web hasta la prueba de conducción, todo debe tener una coherencia narrativa: la fluidez de la interfaz debe reflejar la fluidez de la relación con la marca. Lo que antes era un equipamiento opcional, ahora es el corazón del vínculo emocional con el vehículo.

El futuro del infoentretenimiento: de la conectividad a la cognición

Estamos entrando en una nueva etapa donde el infoentretenimiento dejará de ser una herramienta de consumo de contenidos para convertirse en un sistema cognitivo. La integración con inteligencia artificial permitirá que el vehículo aprenda de los hábitos del conductor y adapte la experiencia de manera predictiva: temperatura, música, rutas, tono de voz o iluminación interior.


En los laboratorios de diseño conceptual de mi comunidad, ya se exploran sistemas que interpretan el estado de ánimo del conductor a través de su tono de voz o su ritmo cardíaco, ajustando automáticamente el entorno del habitáculo. El coche se convierte así en un asistente emocional en movimiento, capaz de anticipar necesidades y construir bienestar. En un futuro próximo, el infoentretenimiento no solo informará ni entretendrá: acompañará. Y esa es una diferencia crucial.

El infoentretenimiento ha redefinido el significado de conducir. Ya no se trata de desplazarse, sino de vivir una experiencia conectada, sensorial y emocionalmente coherente. Desde el diseño conceptual hasta el punto de venta, la interfaz se ha convertido en la nueva forma de lenguaje entre marca y usuario.


La automoción ya no se mide por su capacidad de acelerar, sino por su capacidad de emocionar a través de la tecnología.

Y en esa convergencia entre diseño, software y emoción se encuentra el verdadero futuro del automóvil. Si quieres profundizar en cómo integrar el infoentretenimiento en el diseño de experiencias automotrices, apúntate gratis al Programa avanzado en Estrategia y Diseño Automotriz, online, flexible y con diploma certificado.

Miguel Ángel Cobo Lozano – CEO Shevret & MotorLand Aragón, PM Audi & Nissan, CMO y PM Purista Hypercars.

De becario a CEO en tiempo récord, sin enchufes ni contactos.
El futuro del automóvil no será más rápido ni más potente: será más humano.

Preguntas frecuentes sobre infoentretenimiento en el automóvil

¿Qué es el infoentretenimiento y por qué importa en un coche moderno? El infoentretenimiento agrupa pantallas, conectividad, audio, navegación y servicios digitales integrados en el vehículo. Importa porque transforma el habitáculo en un entorno experiencial: influye en la decisión de compra, fideliza al usuario y se ha convertido en un punto clave de diferenciación de marca.

¿Cómo afecta el infoentretenimiento a la percepción de marca en el punto de venta? La interfaz y la experiencia de uso suelen ser el primer contacto emocional con la tecnología del vehículo. Una UX fluida genera confianza y sensación de calidad; esto condiciona la conversación con el cliente y puede inclinar la compra tanto o más que especificaciones técnicas tradicionales.

¿Qué elementos de diseño son críticos al integrar infoentretenimiento en el coche? La coherencia visual, la claridad de interacción, la latencia mínima y la integración con ecosistemas móviles son esenciales. También importa la ergonomía, la acústica y la personalización: cada decisión de UX refuerza una promesa de marca y debe alinearse con el diseño conceptual del vehículo.

¿Hacia dónde evoluciona el infoentretenimiento en los próximos años? La tendencia va hacia sistemas cognitivos que personalizan la experiencia: aprendizaje del usuario, adaptación por contexto, reconocimiento de estado emocional y servicios predictivos. La apuesta es por interfaces que anticipen necesidades, no solo por ofrecer más contenidos.