¿Qué es el rake en aerodinámica?

¿Qué es el rake en aerodinámica? El ángulo oculto que controla el flujo, el agarre y la velocidad en competición y carretera

El concepto de rake en aerodinámica ha pasado de ser una curiosidad técnica en Fórmula 1 a convertirse en un parámetro esencial en el diseño y ajuste de vehículos de altas prestaciones —y cada vez más, también en deportivos de calle. Su importancia no radica solo en el aspecto visual o en las sensaciones de conducción, sino en cómo altera el comportamiento del flujo de aire por debajo del coche, afectando directamente al downforce, la estabilidad, la refrigeración y hasta el consumo.


En esencia, el rake se refiere a la diferencia de altura entre el eje delantero y el trasero del coche, medida generalmente en grados o milímetros. Un coche con "rake positivo" tiene la parte trasera más alta que la delantera, lo cual cambia la forma en que el aire fluye bajo el suelo del vehículo, acelerándolo y generando un efecto Venturi que incrementa el apoyo aerodinámico.

Cómo el rake influye en la aerodinámica: más allá del ángulo

Cuando aumentas el rake, creas una especie de canal convergente bajo el chasis, que acelera el flujo de aire y reduce la presión en esa zona. Esto succiona literalmente el coche hacia el suelo. Pero —y esto es crucial— si te pasas, el flujo se separa, se vuelve turbulento, y el coche pierde agarre. La magia está en encontrar el punto exacto de equilibrio.


El rake también afecta al ángulo de ataque del difusor trasero y a cómo trabaja el splitter frontal. Un cambio de solo unos milímetros puede alterar el equilibrio del coche a alta velocidad. Por eso, equipos de competición como Red Bull Racing han llevado el concepto al extremo, diseñando suspensiones traseras que permiten un rake más pronunciado sin comprometer la estabilidad del eje delantero.

De hecho, durante las temporadas 2017-2020, Red Bull desarrolló un concepto de rake agresivo para compensar su menor potencia de motor frente a Mercedes. El RB16B, por ejemplo, funcionaba con más de 100 mm de rake, creando un suelo altamente energizado y un difusor hipereficiente. Este diseño permitía mayor carga sin aumentar la resistencia aerodinámica, especialmente útil en circuitos con curvas rápidas.

Lo fascinante es que este rake extremo requería una ingeniería de suspensión y chasis de precisión quirúrgica. No solo había que mantener la geometría en curva, sino también asegurar que el rake no se colapsara en frenada o aceleración. En 2021, la FIA cambió el reglamento del suelo, lo que perjudicó a los coches con alto rake como Red Bull… al menos temporalmente.

Aplicación del ángulo rake en deportivos de calle: más común de lo que parece

Aunque no tan exagerado como en competición, el rake también se emplea en coches de producción. El Porsche 911 GT3 RS, por ejemplo, tiene una configuración de rake ajustada específicamente para generar equilibrio aerodinámico sin necesidad de grandes alerones o añadidos activos. Su rake contribuye a que el flujo bajo el coche acelere adecuadamente, incrementando el agarre sin penalizar el drag.


Otro caso interesante es el Alpine A110 S, que utiliza un ligero rake positivo como parte de su estrategia de bajo peso y reparto de masas trasero. Esto ayuda a que el coche tenga una respuesta más viva en el eje delantero sin comprometer la tracción.

El ángulo rake no es solo una cuestión de postura o estética. Es un elemento técnico que puede marcar la diferencia entre un coche neutro y uno subvirador. Además, su interacción con la suspensión activa, la rigidez estructural y la estrategia de refrigeración convierte su gestión en una labor multidisciplinar. Una mala interpretación del rake puede generar inestabilidades a alta velocidad, cavitación aerodinámica, o incluso fallos de refrigeración si el flujo no se canaliza correctamente. Por eso, quienes trabajan en CFD, túneles de viento o dinamismo vehicular deben tratar el rake como un parámetro clave desde el primer boceto de diseño.

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